miércoles, 19 de diciembre de 2012


Una vez estuve en otro planeta de otra galaxia, era un planeta muy raro, el nombre era muy raro, unipix, los habitantes eran muy raros, sus costumbres eran muy raras, sus religiones eran muy raras, su comida era muy rara, todo era muy raro.
Salí del planeta tierra en una nave para hacer una misión especial en marte. Cuando mi compañero y yo estábamos a punto de aterrizar en marte la nave perdió el control, y empezó a girar,  a cambiar de velocidad… en un giro brusco mi compañero y yo chocamos nuestras cabezas y quedamos tendidos en el suelo desmallados.
Cuando me desperté mi cabeza estaba llena de sangre seca, me levante, cogí un papel y me limpié, al igual que mi compañero, después miramos por la ventana y vimos que estábamos en una planeta que desconocíamos, abrimos la puerta de la nave y con un poco de miedo bajamos de la nave, el suelo del raro planeta era como una cama elástica, mi compañero y yo nos miramos con cara de extraño y de repente vimos a unos hombres que se acercaban dando saltos, mi compañero del miedo le dio un infarto del que no se podría recuperar, y a mi esos raros hombres de un solo pie me llevaron a su reino ya que allí en todo el planeta solo había un reino.
Cuando llegamos todo me parecía raro ya que las casas estaban dando saltos permanentemente, estos hombres me llevaron junto a su rey este me explico todas las cosas raras para mí de su mundo y yo le explique todas las cosas de mi mundo. El rey hizo un trato conmigo: el me proporcionaba una nave para volver a mi mundo y yo a cambio tenía que hacer más reinos para su planeta y además enseñarles a sus raros habitantes a hacer reinos
Yo me puse manos a la obra junto con cien habitantes de unipix. En treinta y dos días terminamos la segunda ciudad de unipix, yo rápidamente me dirigí al palacio para hablar con el rey. Cuando llegue este me dijo que tenía mi nave terminada, yo me dirigí junto a la nave, cuando la vi, me defraudo mucho ya que la nave no tenía ni propulsores ni nada, tenía una especie de pierna larga que servía para dar saltos. Yo rápidamente me puse junto a los mejores constructores de su planeta a construir un propulsor. Al cabo de una semana habíamos construido el propulsor.
Con gran pena me despedí de todos, me subí a la nave y fui rumbo a la tierra. Cuando llegue a la tierra todo el mundo me estaba esperando, para que les contara lo que me había pasado, pero yo no les conté la verdad porque si no irían a invadir unipix.

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