Érase una vez una pareja que no podía tener hijos, así que decidieron tener un perro al que empezaron a tratar como a un bebé. El perro fue creciendo y se convirtió en un perro grande y fuerte, pero tambien cariñoso y sobre todo fiel; muy fiel. Un día los dueños tuvieron el tan esperado bebé, y el perro dejó de ser su prioridad. El perro empezó a sentirse celoso del bebé. Un día los dueños salieron a la terraza despreocupados, habiendo dejado al bebé en la cuna dormido. Cuando subieron se encontraron al perro con la boca llena de sangre. El dueño sin pensárselo cogió la escopeta y mató al perro. Pero cuando entraron encontraron al bebé en su cuna llorando y una enorme serpiente muerta en el suelo llena de mordeduras. Los dueños acto seguido empezaron a llorar.
Esta historia demuestra que debes juzgar a las personas por lo que son y no por lo que crees que han hecho.
Alberto de Castro 2ª ESO-C
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ResponderEliminarmadre mia el albert como controla, jajaja es decir me gusta tu historia ya que es una situación muy profunda y complicada
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