CUENTO
Este cuento
narra la historia de un niño que desde pequeño le alucinaba observar a los
valientes surferos tanto del asfalto cuando el día era bochornoso y surfeaban
las calles con sus pennys de cuatro ruedas, como del mar. Especialmente
admiraba la manera en la que estos surfistas se deslizaban con unas simples
tablas de madera talladas a mano por las olas de color naranja y parecía que
esas tablas estaban pegadas a sus pies.
Mi nombre es
Volcom, si ya lo sé me llamo igual que una de las marcas de surf más conocidas,
¿queréis saber cómo continuó mi vida hasta llegar a mis cuarenta? No oigo
respuestas asique por lo tanto lo tomaré como un sí.
-Perdone las
molestias señor Volcom, ¿le importaría que le hiciera unas preguntas sobre su
carrera?
-Claro
chaval, dispara
-¿Podría
usted contarnos cómo fue su vida desde sus dieciséis mundialmente conocidos
hasta ahora?
-De acuerdo
chavalín pero no dedicaré más de diez minutos escasos:
Yo nací en
la isla de pennyland, tan solo tenía dieciséis años cuando mi padre, amante del
surf nos abandonó, a mí y a mi madre por cuestiones de trabajo. Mi madre no
supo llevar adelante esta familia lo cual dejó todo en mis manos cuando un día
decidió acabar con su vida de un disparo en la cabeza. Tuve que seguir adelante
como pude, pero enseguida me recuperé de su fallecimiento, no parece que me
afectara mucho. Un día decidí hacerle frente a las gigantescas olas que
chocaban con fuerza frente a un gran acantilado, fue entonces cuando descubrí
mi gran don para deslizarme con aquella tabla de madera por esas olas
anaranjadas de ese mar naranja que parecían grandes pero que en esos momentos
me hacían a mi más grande todavía. Empecé a presentarme a torneos de surf, de
los cuales yo siempre salía victorioso.
Bueno no
tengo nada más que contar únicamente que el señor que me está entrevistando
parece ser un conejo con una chupa y una chistera, y me estoy preocupando… No
entiendo porque pero estoy en este manicomio, porque supuestamente me imagino
las cosas, maté a mis padres y a muchas
otras personas.
-Jaime, ¿ya
estás hablando solo? esta vez ¿quién te está entrevistando, el canguro, el
conejo, el dinosaurio…? venga que ya es hora de tomarse las pastillitas…
FIN
Carlos Santos 3ºB
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