“Una vez estuve en un mundo donde la felicidad triunfaba entre los
habitantes de aquel pequeño poblado; habitaban todo tipo de criaturas, de distintos tamaños,
de distintas costumbres… pero muy en el fondo, compartían un mismo sentimiento,
el amor por aquella extraña ciudad.”
Un buen día de octubre de 1925, decidí investigar acerca de la casa en
la que vivía, todos esos juguetes con los que tanto jugué en mi infancia ya me
aburrían, quería cambiar, así que me
adentré en el desordenado despacho que antes pertenecía a mi padre,
desaparecido dos años atrás. Al abrir la puerta de aquella habitación, me llego
un olor extraño, parecido al de un libro quemado, que despertó mi curiosidad;
pude apreciar numerosos objetos de valor, como un viejo telescopio, unas figuritas
mayas y un calendario de luna llena. Empecé a observar aquel pequeño calendario
de luna llena, y en ese momento todo lo de mi alrededor desapareció, sentía que
me caía por un estrecho tubo decorado con pequeñas volutas de oro, y en ese
instante, caí desplomado sobre una fina lamina de vidrio, que tras abrirse, se
me presento una extraña criatura llamada Hopper. Era de pequeña altura, con el
pelo despeinado y con unas vestimentas un tanto extrañas. Éste me dirigió a una
sala, donde había un gran trono. Me presente ante el rey y me dio la opción de
quedarme a vivir en ese precioso poblado, pero me pidió una cosa a cambio;
tenía que ir a buscar a su hija, la princesa Baclanova, al décimo reino, el
reino del malvado P.
Emprendí mi aventura junto a Hopper, atravesamos los 8 mundos
comprendidos entre el de partida y el del final. Conocí a distintos tipos de
criaturas… y cuando nos adentramos en el décimo reino…
La tristeza se hizo con todas las mentes de los diez reinos, ya nadie
sonreía, todo había perdido su color, la gente no reía, las flores ya no
crecían, sin la princesa ya nada era lo mismo.
Después de la terrible noticia, decidí regresar a mi mundo, deseando
que nada de esto hubiera pasado, cuando de repente un mensajero atravesó las
puertas principales del reino. Recibimos la noticia de que la princesa había
sobrevivido, y que en unos días regresaría.
Tras toda esta historia, pequeño sobrino, sigo esperando un aviso del
regreso de la princesa, jamás me rendiré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario