CUENTO
“En un mundo donde…”
Todos
hemos soñado con mundo imaginario y personal, donde nosotros éramos los reyes
del mundo y no había fronteras, todo lo que pasaba era bueno, no había personas
malas, todo era felicidad y no había pobreza, no se pasaba hambre. Pues yo os
voy a contar como era el mundo de Pablo. Pablo, es un niño de cuarto de
primaria del colegio “los colegiales”, yo soy Sandra, la profesora de Pedro.
Un
día, se me ocurrió hacer un ejercicio de creatividad para mis alumnos de cuarto
“A”, el cual consistía en crear un mundo personalizado, un mundo propio. Cuando
les mostré el ejercicio, les encantó, estaban felices, con muchísimas ganas de
empezar.
Empezamos
el ejercicio, todos estaban en silencio, concentrados y metidos en la
actividad; nunca les había visto tan implicados en un ejercicio, cuando sonó la
campana para irse al recreo me suplicaron quedarse para terminarlo. Se quedaron
sin patio por terminar la actividad, me quedé sorprendida y contenta del éxito
que había tenido.
Cuando
llegué a casa, me moría de ganas por ver los trabajos, así que me puse a verlos
en cuanto pude.
Después
de haber visto todos, me di cuenta de la asombrosa imaginación que pueden llegar
a tener los niños, y pensé que es una cosa que hay que trabajar y desarrollar.
Y que en la sociedad actual no se trabaja con frecuencia.
El
mundo de Pablo, era un mundo en el cual no había ciudades, solo había pueblos
llenos de gente honrada y amable. Todo el mundo era autosuficiente, no había
supermercados, si querías algo, por ejemplo leche, se lo pedías al ganadero; si
querías fiambres y embutidos, ibas al señor de la granja de cerdos; en ese
mundo no existía la moneda, solamente el
trueque. En ese mundo, no había contaminación, estaba lleno de bosques y
campos, el aire que se respiraba era puro. También estaba lleno de ríos
caudalosos y riachuelos, todo estaba verde y todo lo que se plantaba
prosperaba. Los medios de transportes eran caballos, de los cuales había miles.
No había leyes, pues no eran necesarias. Había millones de animales; no había
distinciones sociales, a las personas se las respetaba por igual.
Francamente,
me encantaría poder habitar en ese mundo, un mundo tan magnífico como ese,
mucho mejor que el real, en el cual lo único qu hay son preocupaciones.
Gustavo Sanz 3ºA
No hay comentarios:
Publicar un comentario