miércoles, 19 de diciembre de 2012

"en un mundo donde"




                                                   CUENTO
                      “En un mundo donde…”

Todos hemos soñado con mundo imaginario y personal, donde nosotros éramos los reyes del mundo y no había fronteras, todo lo que pasaba era bueno, no había personas malas, todo era felicidad y no había pobreza, no se pasaba hambre. Pues yo os voy a contar como era el mundo de Pablo. Pablo, es un niño de cuarto de primaria del colegio “los colegiales”, yo soy Sandra, la profesora de Pedro.

Un día, se me ocurrió hacer un ejercicio de creatividad para mis alumnos de cuarto “A”, el cual consistía en crear un mundo personalizado, un mundo propio. Cuando les mostré el ejercicio, les encantó, estaban felices, con muchísimas ganas de empezar.
Empezamos el ejercicio, todos estaban en silencio, concentrados y metidos en la actividad; nunca les había visto tan implicados en un ejercicio, cuando sonó la campana para irse al recreo me suplicaron quedarse para terminarlo. Se quedaron sin patio por terminar la actividad, me quedé sorprendida y contenta del éxito que había tenido.
Cuando llegué a casa, me moría de ganas por ver los trabajos, así que me puse a verlos en cuanto pude.
Después de haber visto todos, me di cuenta de la asombrosa imaginación que pueden llegar a tener los niños, y pensé que es una cosa que hay que trabajar y desarrollar. Y que en la sociedad actual no se trabaja con frecuencia.

El mundo de Pablo, era un mundo en el cual no había ciudades, solo había pueblos llenos de gente honrada y amable. Todo el mundo era autosuficiente, no había supermercados, si querías algo, por ejemplo leche, se lo pedías al ganadero; si querías fiambres y embutidos, ibas al señor de la granja de cerdos; en ese mundo no existía la moneda, solamente  el trueque. En ese mundo, no había contaminación, estaba lleno de bosques y campos, el aire que se respiraba era puro. También estaba lleno de ríos caudalosos y riachuelos, todo estaba verde y todo lo que se plantaba prosperaba. Los medios de transportes eran caballos, de los cuales había miles. No había leyes, pues no eran necesarias. Había millones de animales; no había distinciones sociales, a las personas se las respetaba por igual.

Francamente, me encantaría poder habitar en ese mundo, un mundo tan magnífico como ese, mucho mejor que el real, en el cual lo único qu hay son preocupaciones.



Gustavo Sanz  3ºA


                                   

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