miércoles, 19 de diciembre de 2012




“Una vez estuve en un mundo donde la felicidad triunfaba entre los habitantes de aquel pequeño poblado; habitaban todo tipo de criaturas, de distintos tamaños, de distintas costumbres… pero muy en el fondo, compartían un mismo sentimiento, el amor por aquella extraña ciudad.”
Un buen día de octubre de 1925, decidí investigar acerca de la casa en la que vivía, todos esos juguetes con los que tanto jugué en mi infancia ya me aburrían, quería cambiar,  así que me adentré en el desordenado despacho que antes pertenecía a mi padre, desaparecido dos años atrás. Al abrir la puerta de aquella habitación, me llego un olor extraño, parecido al de un libro quemado, que despertó mi curiosidad; pude apreciar numerosos objetos de valor, como un viejo telescopio, unas figuritas mayas y un calendario de luna llena. Empecé a observar aquel pequeño calendario de luna llena, y en ese momento todo lo de mi alrededor desapareció, sentía que me caía por un estrecho tubo decorado con pequeñas volutas de oro, y en ese instante, caí desplomado sobre una fina lamina de vidrio, que tras abrirse, se me presento una extraña criatura llamada Hopper. Era de pequeña altura, con el pelo despeinado y con unas vestimentas un tanto extrañas. Éste me dirigió a una sala, donde había un gran trono. Me presente ante el rey y me dio la opción de quedarme a vivir en ese precioso poblado, pero me pidió una cosa a cambio; tenía que ir a buscar a su hija, la princesa Baclanova, al décimo reino, el reino del malvado P.
Emprendí mi aventura junto a Hopper, atravesamos los 8 mundos comprendidos entre el de partida y el del final. Conocí a distintos tipos de criaturas… y cuando nos adentramos en el décimo reino…
La tristeza se hizo con todas las mentes de los diez reinos, ya nadie sonreía, todo había perdido su color, la gente no reía, las flores ya no crecían, sin la princesa ya nada era lo mismo.
Después de la terrible noticia, decidí regresar a mi mundo, deseando que nada de esto hubiera pasado, cuando de repente un mensajero atravesó las puertas principales del reino. Recibimos la noticia de que la princesa había sobrevivido, y que en unos días regresaría.
Tras toda esta historia, pequeño sobrino, sigo esperando un aviso del regreso de la princesa, jamás me rendiré.

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